Etiqueta: Patrimonio cultural

  • El legado indiano de la Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva.

    El legado indiano de la Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva.

    La Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva te sorprenderá por ser un templo imponente y desmesurado que traspasa lo razonable, además de por el extraordinario entorno natural en el que se encuentra.

    Indice

    La iglesia de Aldeacueva

    La Iglesia de San Bartolomé, localizada en el barrio de Aldeacueva, en el valle de Carranza, es un interesante edificio desde el punto de vista artístico y religioso, construido en el último cuarto del siglo XVIII, en el contexto histórico de la emigración a las Américas. Una etapa floreciente para el Valle en la que surgieron notables edificaciones, tanto de carácter civil como religioso.

    EL LEGADO INDIANO DE PEDRO NEGRETE

    La obra es fruto de la aportación económica de Pedro Negrete Sierra, oriundo de Aldeacueva. Un auténtico símbolo de la generosidad que mostraron los indianos de dicho valle. Pedro Negrete (1681-1749) alcanzó el grado de Capitán de los Reales Ejércitos, recibiendo en 1741 el hábito de Caballero de Santiago. Emigró a México donde amasó una gran fortuna, pero no retornó a su valle. Murió soltero y fue sepultado junto al altar mayor de la capilla de Nª Sª de Aránzazu de Santo Domingo en Ciudad de México.

    Este mecenas carranzano quiso levantar en su pueblo, inicialmente, un templo similar a la catedral de San Miguel de México. Posteriormente, propuso la construcción de un Colegio de la Compañía de Jesús, pero tras su fallecimiento los albaceas testamentarios decidieron levantar una iglesia que sustituyera a la existente, que se encontraba en mal estado.

    Para ello, Pedro Negrete no escatimó en medios. Había legado una cuantiosa suma de dinero al templo e hizo traer los planos de la capital azteca. Así, el cabildo de la iglesia inició la construcción encargando los planos para el nuevo templo al académico Juan Milla.

    UN TEMPLO MONUMENTAL

    El proyecto data de 1740 aunque se paralizo durante 35 años. El templo se alzó a partir de 1789, consagrándose en 1794. La iglesia es realmente reseñable por su tamaño que, al estar ubicada sobre una colina, aumenta aun más la sensación de grandeza. Asimismo, destaca la escasez de elementos decorativos y su refinado diseño. Está catalogada como una de las iglesias más emblemáticas de Bizkaia del siglo XVIII.

    Juan Milla tuvo la difícil misión de adecuar la traza barroca de la iglesia de San Miguel (1690-1714) a los nuevos gustos del momento. De ahí que eliminara gran parte de los elementos barrocos del proyecto inicial, resultando la obra una propuesta un tanto indefinida, a medio camino entre un barroco contenido de tradición escurialense y un neoclasicismo aún no del todo asimilado en los aspectos formales aunque sí en su concepción espacial. Así pues, se podría clasificar de estilo Temprano Neoclasicista.

    Este tracista era delineante del famoso arquitecto Juan de Villanueva, artista de transición hacia el neoclasicismo y muy afecto a la tradición clasicista del siglo XVII. Los encargados de la obra fueron el arquitecto Antonio Vierna, natural de la Trasmiera y el cantero, también montañés, Francisco Sierra.

    PATRIMONIO HISTÓRICO Y ARTÍSTICO

    Este edificio, de grandes dimensiones, se organiza en una planta cuadrangular en forma de cruz griega inscrita dentro de un rectángulo, más otros cuatro espacios en las esquinas y sacristía alineada con el ábside. A los pies se sitúa el coro, en alto, entre estancias que sirven de paso a las escaleras de acceso a las torres que flanquean la fachada.

    El edificio está soportado con columnas frenteadas por pilastras de orden toscano, que sostienen un entablamento dórico con friso liso y una resuelta cornisa corrida y quebrada. Estos elementos estructurales se aparejan en sillería, magníficamente labrada, mientras que el resto de los muros se presentan revocados.

    Iglesia de Aldeacueva

    La iglesia presenta una estructura compleja en su cubierta. En la parte central, el crucero, obra una cúpula ciega con una techumbre octoganal y, en el resto de las estancias, la cabecera y los brazos del crucero, unos cañones cubiertos a tres aguas. En su exterior se aprecia claramente esta composición modular de prismas cúbicos escalonados hacia el centro. La iluminación se realiza a través de vanos rebajados que se abren en los brazos del crucero.

    En la fachada principal, de sillería de estilo herreriano evocando las obras de los seguidores del arquitecto Juan de Herrera (autor de El Escorial), la entrada se sitúa bajo un arco de medio punto sujeto por pilastras gigantes. Sobre la puerta adintelada aparece un tímpano de forma semicircular con un óculo, rematado con un frontón recto.

    CAMPANAS DE SAN BARTOLOMÉ

    Esta fachada está flanqueada por una torre a cada lado con vanos semicirculares en su parte superior, que se coronan con pináculos de bolas y que hacen la función de campanario. Actualmente cuenta con tres campanas y en dos de ellas se muestra la fecha – 1952 -, la tercera campana es original y conserva la inscripción «MDCCLXXXX», también se vislumbra la ilegible firma del autor.

    Respecto del mobiliario, desaparecido casi todo, lo más interesante es la historia del martirio de San Bartolomé, obra incompleta, en madera, del escultor cortesano José Guerra, de 1791. Es de reseñar también un lienzo moderno de la Virgen de Guadalupe.

    Cómo llegar a la Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva.

    Para llegar a la Iglesia de San Bartolomé de Aldeacueva desde nuestra Casa Rural / Restaurante Gailurretan lo primero es dirigirnos hacia el cercano barrio de Concha. Tras rebasar el chalet “Portillo” en La Tejera debemos cruzar el puente que hay frente a la Casa de Cultura para tomar la carretera BI-4672 hacia Aldeacueva. Aquí podremos estacionar junto a la iglesia.

    Si queremos dirigirnos desde el ayuntamiento de Karrantza, sito en el barrio de Concha, seguiremos el letrero hacia “Lanzas Agudas”. Enseguida tomaremos un desvío a la derecha, frente a la citada Casa de Cultura, en dirección al barrio de Aldeacueva por una tranquila carretera de montaña en subida. La iglesia nos sorprenderá de repente en lo alto de una loma.

    San Bartolomé abre sus puertas y celebra misa en agosto con motivo de las fiestas del santo. El resto del año permanece cerrada.

    Lugares de interés cercanos a la iglesia de Aldeacueva.

    Junto a la iglesia de San Bartolomé se encuentra una pequeña área recreativa. Se extiende, desde el frontal de la iglesia, por la ladera que hay entre la carretera y el alto del cerro. La mayor parte de las mesas se encuentran a la sombra de un pequeño bosque de rebollos y castaños. Quienes prefieran el sol, hay una agradable campa en uno de los laterales del templo, desde donde se puede disfrutar de unas hermosas vistas.

    Cueva de Aldeacueva

    En la parte baja del barrio, al pie de la peña existe una de las cavidades del valle en las que se han descubierto restos de enterramientos prehistóricos. Tiene una boca espectacular de 41 m. de ancho por 15 m. de alto, y se interna unos 140 metros por las entrañas de la tierra.

    Aquí se encontró una necrópolis infantil, con vestigios de incineraciones, datada por los especialistas en el período eneolítico. Asimismo, se hallaron fragmentos de cerámica y colgantes.

    Cueva de Aldeacueva

    Monte Cotobasero

    El barrio de Aldeacueva es un buen punto de partida para la ascensión al monte Cotobasero (829 m.). Un privilegiado balcón con magníficas vistas de todo el Valle de Carranza. Es una cómoda ruta, plagada de monumentos megalíticos.

    Otros enlaces de interés:

  • El secreto de la Iglesia vieja de Biañez.

    El secreto de la Iglesia vieja de Biañez.

    Además de descubriros el secreto que oculta la Iglesia vieja de Biañez, os contaremos un poco la historia y curiosidades que rodean a las dos iglesias de este barrio carranzano.

    Índice

    El secreto de la Iglesia vieja de Biañez.

    La Iglesia vieja de Biañez cuenta con una obra de gran interés artístico. Se puede decir que única en la cornisa cantábrica y que cada año atrae a numerosos visitantes.

    Continuad con nosotros y os desvelaremos el misterio. Para ello, os pondremos antes en contexto.

    LAS DOS IGLESIAS DE BIAÑEZ

    Biañez es uno de los barrios de Karrantza. El municipio de más superficie de toda Bizkaia que cuenta con casi medio centenar de barrios, muy diseminados por su extenso valle. En este barrio se encuentran por ejemplo el Karpin Abentura y la Casa de Espiritualidad de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia asentada en lo que fue una casa de indiano conocida como “La Huertona”, junto a dos iglesias consagradas a San Andrés, la vieja y la nueva. Esta particularidad, la de contar con dos iglesias, no sucede en ningún otro barrio del valle.

    La Iglesia nueva y más grande está en el centro del barrio. Se inauguró en 1885, y es la que hoy en día se utiliza. Su construcción se llevó a cabo bajo mecenazgo del indiano Romualdo Chavarri, natural de este pueblo y gran benefactor del valle. El templo muestra las corrientes neomedievalistas que imperaban en la arquitectura religiosa de la época.

    Iglesia nueva de San Andrés de Biañez

    La antigua, se ubica al lado del cementerio, pudiéndose apreciar desde la cuesta que sube al centro del pueblo. Fue construida en 1497 y cerrada al culto en 1884, cuando se construyó la nueva. Es de estilo gótico de finales del siglo XV, propio del territorio.

    VIEJAS COSTUMBRES.

    En relación con el cambio de feligresía de una iglesia a otra cabe realizar un inciso. Antiguamente existía la costumbre de hacer los enterramientos en el interior de las iglesias, pues se tenía la creencia que cuando uno moría cuanto más cerca del altar de su iglesia le sepultaran más cerca de Dios estaría. Así, era norma que los linajes acaudalados pagaran al cura para ser inhumados lo más próximo posible al ara. Sin embargo, a finales del siglo XVIII un decreto de la Corona prohíbe esta tradición por razones de salubridad; comenzándose entonces a construir cementerios al aire libre en las inmediaciones de los templos.

    En Karrantza este decreto empezó a aplicarse ya en el siglo XIX, siendo coetáneo con el potentado indiano Romualdo Chávarri de la Herrera (1819-1899), persona de fuertes convicciones religiosas y que deseaba ser enterrado en la iglesia de su pueblo cerca del altar. Para sortear esta norma, Romualdo Chávarri decidió comprar la iglesia de San Andrés de Biañez. Tras convertirla en propiedad privada, la reformó mandando construir una cripta debajo del altar, donde reposar en un sencillo sepulcro.

    De esta manera, la antigua iglesia pasa a convertirse en un privilegiado panteón familiar. Para compensar a los vecinos que habían perdido su lugar de culto, fue por lo que encargó levantar la nueva iglesia y un cementerio.

    En la actualidad la vieja iglesia se ha reconvertido en un museo histórico del Valle de Carranza con distintas salas didácticas de exposición. Estas salas coinciden con las diferentes habitaciones en que Romualdo dividió el edificio religioso para dar alojamiento a unas beatas que se hicieran cargo de su panteón.

    Antigua iglesia de San Andrés de Biañez
    Antigua iglesia de San Andrés de Biañez

    EL INDIANO ROMUALDO CHAVARRI

    ¿Quién era realmente Romualdo Chávarri? Se puede contestar afirmando que uno de los mayores benefactores del valle, y por ende uno de sus personajes ilustres.

    Romualdo Chávarri y de la Herrera  nació en el barrio carranzano de Biañez en 1819. Era hijo de Francisco Chávarri Allende, un arriero que prosperó con el traslado de mercancías a Madrid. Estudió en Madrid y en 1842, con 23 años, a pesar de no ser de condición humilde emigró a Puerto Rico, donde ya residían algunos parientes. Allí comenzó a trabajar como dependiente en una mercería, convirtiéndose con el tiempo en socio y finalmente en propietario del negocio. Con el comercio de textiles y otras manufacturas logró atesorar una gran fortuna. En 1874, con 55 años, regresó a España y se instaló en la capital, donde incrementó notablemente su patrimonio con inversiones bursátiles e inmobiliarias.

    A pesar de su fortuna y de la moda de la época por parte de los enriquecidos indianos no se construyó una residencia en su Karrantza natal pero si realizó importantes aportaciones en la década de los ochenta del siglo XIX. Entre las grandes obras que realizó por su pueblo natal cabe destacar la construcción de la nueva iglesia parroquial, el cementerio, los salones de escuela, el lavadero, la fuente pública, el abrevadero, la traída de aguas y la carretera de enlace con la general Karrantza–Bilbao. Todos estos proyectos fueron diseñados precisamente por el ingeniero Urbano Peña Chávarri (1852-1941), sobrino de Romualdo. Además donó grandes sumas de dinero para el Hospital Asilo y para que el ferrocarril Bilbao–Santander pasara por Karrantza, nada menos que diez millones de pesetas de la época.

    Romualdo Chávarri murió soltero en 1899 repartiéndose su fortuna entre sus catorce sobrinos.

    UNA ESTATUA DESAPARECIDA

    Tras su fallecimiento, con motivo de unas obras de reforma, realizadas en 1902, en las escuelas que este benefactor había fundado en Biañez, otro de sus sobrinos, José Peña Chávarri (1845-1909), encargó y costeó la ejecución de dos copias en bronce de una escultura con su figura, representada de cuerpo entero sentado sobre una silla, destinadas a decorar los salones de las escuelas de niños y niñas.

    Las piezas, que fueron fundidas en los talleres de Masriera y Campins de Barcelona, son obra del escultor catalán Josep Montserrat Portella (1860-1923), discípulo de José Reyneés, y guarda gran parecido con la que hay del escritor Antonio María de Trueba en los Jardines de Albia de Bilbao.

    Aunque en principio estaban destinadas a decorar los salones del centro escolar, finalmente, una de ellas fue colocada junto a la capilla panteón de la familia Chávarri y la otra delante de la iglesia nueva de San Andrés de Biañez, rindiendo así Karrantza su particular homenaje a este personaje ilustre.

    Escultura de Romualdo Chavarri
    Escultura de Romualdo Chavarri frente a la Iglesia nueva

    Desgraciadamente, en mayo de 2012, una de estas dos esculturas gemelas, en concreto la que se encontraba en el recinto de la iglesia vieja de San Andrés de Biañez, fue robada a plena luz del día. Si bien, debido posiblemente a las prisas y a su peso, no se pudieron llevar toda la pieza. Solo sustrajeron la imagen del filántropo, dejando la peana que la sustentaba, igualmente de bronce y de unos 200 kg de peso.

    LA HUELLA DE LA MASONERIA.

    Otra de las intrigas que despierta el interés de los visitantes es este pedestal. A diferencia de la mayoría de los monumentos decimonónicos, en los que el basamento actúa como mero soporte arquitectónico; en este caso, también es un medio para exaltar las contribuciones y los valores del homenajeado con la inclusión de una minuciosa exposición alegórica, conforme a la vanguardia del momento. La cara principal está presidida por cuatro cartelas, decoradas con relieves ilustrativos de las obras que en el pueblo realizó (anteriormente referidas), rodeadas por hojas de laurel, en reconocimiento a la erección de estas construcciones. Las otras tres caras presentan una colección ornamental de clara simbología masónica; al incluir elementos tan evidentes como un libro abierto, unas hojas de acanto, un compás sobre el que se cruzan dos plumas, una columna o una lámpara de aceite.

    Curiosamente, este pedestal con anterioridad a su última ubicación, y lógicamente al robo de la figura, estaba desaparecido. Se encontró con ocasión de unas excavaciones que se realizaron en el entorno de la primitiva iglesia de San Andrés de Biañez.

    Caras del pedestal de la estatua de Romualdo Chavarri

    UN RETABLO TRAS OTRO

    Hasta aquí el por qué de dos iglesias en Biañez y la historia de un gran benefactor del valle. Pero el principal interés de la Iglesia vieja de Biañez y que le confiere una mayor singularidad estriba en las pinturas murales del testero. Un secreto oculto hasta 1990.

    Se trata de un retablo mural pintado, considerado el más importante de la cornisa cantábrica, tanto por su data, de finales del siglo XV principios del XVI; como por su tamaño, mide 92 metros cuadrados. No se ha hallado ninguno tan grande con esa antigüedad.

    La casualidad quiso que ante el deterioro en el que se encontraba el templo durante las obras de restauración en 1990 de la cubierta de la iglesia, tuvieran que desmontar el retablo de madera del siglo XVIII. Fue entonces cuando saltó la sorpresa. Descubrieron la existencia de una decoración pintada que ocupaba toda la superficie del testero con la representación de un retablo fingido datado entre los siglos XV y XVI, de estilo tardogótico o de transición al renacimiento.

    UN RETABLO OCULTO Y FINGIDO.

    Se cree que en aquella época los habitantes de Biáñez no disponían de medios económicos para pagar un retablo de madera y encargaron a un pintor local anónimo la realización de uno fingido. Tiene un marcado acento dibujístico, con colores básicos, blancos, negros y ocres no demasiado matizados. El estilo en general es algo tosco, pero cumple perfectamente con su función devocional.

    El mural está concebido a modo de un retablo tradicional recubierto de información gráfica eminentemente narrativa. Se configura en tres calles verticalmente, algo más anchas las laterales, separadas por pilastras poligonales; horizontalmente tiene banco, tres pisos y ático. En el fresco se desarrolla un amplio programa descriptivo de escenas extraídas de La Pasión de Cristo como tema principal, la Última Cena y el Martirio de San Andrés.

    HISTORIAS PINTADAS.

    Aunque el deterioro es apreciable, puede leerse en el banco una figura de santa con un libro, correspondida a la derecha por tres santos más. En el rebanco llama la atención la dimensión de la Santa Cena con las cartelas identificatorias encima de los comensales. La casa de la izquierda es para la Flagelación. En el piso primero, la historia central se reserva al Martirio de San Andrés en la cruz aspada, mientras que a los lados se disponen el Camino del Calvario y el Santo Entierro. El segundo piso tiene a la izquierda la Elevación de la Cruz, al centro el Descendimiento y a la derecha la Quinta Angustia, con el cadáver de Cristo en brazos de María. El ático es para el Calvario completo, incluidas la Magdalena y los ángeles, además de los dos ladrones, el de la derecha junto a un animal que representa al demonio. Aparte, como ocurre en los retablos de madera de la época, pueden verse estacionadas en las pilastras, figurillas pintadas de santos como Santa Lucía, Santa Águeda o San Sebastián.

    Por lo demás, las caracterizaciones, indumentarias y armaduras de los soldados nos dan pistas para fechar las pinturas a principios del siglo XVI.

    Los elementos decorativos de la estructura del retablo son de lo más interesante del conjunto. Los motivos de grutescos propios del plateresco, son de una novedad absoluta para la zona en que nos encontramos. Deberíamos ir bastante lejos del valle para encontrar algún modelo, en relieve o tallado en madera, que se le parezca.

    Visitas a la Iglesia vieja de San Andrés.

    Este retablo se puede contemplar mediante una visita guiada. La visita es de una hora aproximada de duración. Además se explicará la relevancia histórica de los indianos, vecinos enriquecidos en las Américas y que poblaron la comarca con sus lujosas mansiones.

    Respecto a los horarios y días para realizar la visita es indiferente siempre y cuando se realice la reserva previa. Ahí se concretará la hora y el día con el guía, incluido sábados, domingos y festivos.

    Si tienes cualquier duda en Gailurretan te informaremos en detalle sobre la visita guiada. Esta visita está incluida en nuestra experiencia gastro-actividad.


    Cómo llegar a la Iglesia vieja de San Andrés.

    La mejor referencia tanto para los que estáis en Carranza como para los que vengáis por la costa (A8) o por el interior (puerto de la Escrita) es la carretera BI-630 (Carranza-Balmaseda).

    Si ya estáis en Gailurretan (Barrio de Lanzas Agudas) o lleguéis por la costa, una vez en la gasolinera, dejáis una fábrica de lácteos a vuestra derecha para un poco más adelante desviaros a la izquierda hasta llegar casi al pueblo de Biañez donde tomareis la desviación a la izquierda para llegar al cementerio y la iglesia vieja.

    Para los que acudáis por el interior, al llegar al barrio de El Callejo, tomareis un desvío a la derecha que os conducirá al barrio de Biañez, por la carretera que sube al Karpín.

    Otros lugares de interés cercanos a Biañez

  • Ruta megalítica de Haizko: naturaleza y cultura en Euskadi.

    Ruta megalítica de Haizko: naturaleza y cultura en Euskadi.

    La huella prehistórica está muy presente en gran parte del Valle de Karrantza (Bizkaia), por eso te presentamos esta ruta megalítica de Haizko, donde se aúna el valor paisajístico y la riqueza arqueológica.

    Turismo familiar y de naturaleza.

    La atracción que ejercen los monumentos megalíticos no es nueva y muchos constituyen un elemento turístico de primer orden desde hace décadas en buena parte de Europa. Véase: Stonehenge (sur de Inglaterra), Carnac (Bretaña francesa) o el túmulo de Knowth (Irlanda). Esta atracción se debe, en gran parte, al desconocimiento y los muchos interrogantes que nos generan. Quienes los hicieron, con qué finalidad, cómo los construían, con qué recursos. Algunos estudios lo explican.

    En este sentido, entre los muchos atractivos que tiene el Valle de Carranza, esta la Ruta megalítica de Haizko, que ofrece un recorrido por una zona que cuenta hasta con 26 monumentos, constituyéndose en un seductor reclamo para el turismo cultural, familiar y de naturaleza.

    Patrimonio cultural y arqueológico.

    En Bizkaia y por ende en el Valle de Karrantza, al igual que ocurre en el resto del País Vasco, el rasgo dominante del megalitismo es su aparente simplicidad. Se trata de un megalitismo de montaña adoptado por pequeñas comunidades primitivas de agro-ganaderos a la par que cazadores-recolectores moradores de estos lares, que no desarrollaron obras colosales.

    Las investigaciones arqueológicas han permitido determinar que los antiguos habitantes del Valle de Karrantza construyeron estos monumentos para dar sepultura a sus difuntos. Estas tumbas fueron construidas durante el Neolítico y el Eneolítico, correspondiéndose con el final de la Edad de la Piedra y la Edad del Cobre, esto es durante casi dos mil años, desde la segunda mitad del IV milenio y hasta la primera mitad del II milenio a. de C. La datación más antigua corresponde al dolmen de Cotobasero 2, pudiéndose situar el intervalo de construcción del monumento entre el 3.650 y el 3.225 a. C.

    Cabe señalar que estos monumentos funerarios constituyen necrópolis representadas por dólmenes, túmulos y menhires.

    El dolmen es una construcción trilítica, compuesta por 2 o más grandes piedras verticales que sostienen una tercera piedra en forma horizontal a modo de cubierta.

    Los dólmenes, por lo general, estaban cubiertos con tierra formando un túmulo que constituía un hito en el paisaje a la vez que una marca funeraria.

    El menhir, a diferencia del dolmen, es un megalito único, hincado en forma vertical en el suelo y de tamaño muy variable. Puede hallárselos aislados en el paisaje o formando conjuntos, de forma circular (cromlech) o en alineaciones.

    Valor paisajístico.

    Uno de los atractivos de esta ruta es su ubicación, la sierra de Ubal que no resulta tan escarpada como las Peñas de Ranero, ni tan alta como los Montes de Ordunte pero que brinda unas inmejorables vistas. Una de sus cimas más señera, incluida en la ruta megalítica de Haizko es Cotobasero (829 m). Un espléndido balcón en el corazón de Karrantza que nos ofrece unas inmejorables vistas de todo el valle.

    Itinerario megalítico de Haizko
    Panorámica desde la cima de Cotobasero.

    Itinerario megalítico de Haizko. 

    Con el telón de fondo del área megalítica de Haizko, os presentamos este itinerario. La ruta parte de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé en el barrio carranzano Aldeacueva, construida en el siglo XVIII por uno de los muchos indianos de Karrantza imitando el estilo de la iglesia de San Miguel de México, para finalizar tras algo más de doce kilómetros junto a la cueva de Aldeacueva, en la cual hace años también se descubrieron enterramientos ancestrales, y que se encuentra junto al punto de partida.

    Su recorrido alberga numerosos e interesantes monumentos megalíticos como son las necrópolis de Fuentellano, La Cabaña, Bernia, Cotobasero, La Boheriza y Bernalta.

    Estación megalítica de Aizko.

    Se trata de una de las mayores estaciones megalíticas de Bizkaia. En concreto, cuenta con 26 monumentos megalíticos dispersos por un enclave montañoso. Generalmente el lugar elegido resulta zonas de pastoreo, que gozan de buenas vistas hacia el este. Esta orientación de las estructuras funerarias hacia el amanecer supone un signo de esperanza en el más allá, en la renovación de una vida futura.

    Algunas de estas estructuras han sido objeto de excavación arqueológica, aportándonos datos característicos de su periodo histórico. En lo que se refiere al ajuar excavado y que acompañaba a los difuntos, ha proporcionado objetos de piedra tallada sobre sílex, cristal de roca, cuarcita, azabache o ambar, también hachitas en piedra pulida, así como cerámicas y molinos de mano.

    Seguidamente os detallamos por orden de aparición en la ruta planteada una pequeña descripción de las estructuras más relevantes de los seis enterramientos, de distintos tamaños, que os vais a encontrar:

    Necrópolis megalítica de Fuentellano

    Está compuesta por dos túmulos y un dolmen. Destaca el dolmen de Fuentellano 2, ubicado en una llanura del collado de Mijanos. Se trata de una estructura con cámara poligonal de areniscas, en buen estado de conservación, con una orientación del eje mayor poco frecuente NE-SO.

    Ruta megalítica de Haizko
    Dolmen de Fuentellano II.

    Necrópolis megalítica de La Cabaña

    Formada por 6 estructuras, 5 de ellas colindantes. Se emplaza en el collado entre la loma de Mijanos y la zona norte (El Muro) del monte Bernia. Destaca el dolmen de La Cabaña 4. Tiene una cámara poligonal de areniscas compuesta por 15 losas, de las que 5 son principales. Está rodeada por un túmulo formado por un núcleo de tierra reforzado por grandes areniscas de contención y una capa superior de cubrición. Una vez excavado se dejó abierto al S. y al E. con el fin de que pudiera observarse su estructura interna.

    Necrópolis megalítica de Bernia

    Está compuesta por dos túmulos y dos dólmenes, esparcidas por parejas: Bernia 1 y 4, Bernia 2 y 3.

    Necrópolis megalítica de Cotobasero

    Compuesta por 3 estructuras, dos dólmenes y un menhir. Se emplaza en el collado sito entre los montes Bernia, al norte y Bernalta, al sur. Destaca el dolmen de Cotobasero 2, consistente en un notable núcleo artificial, protegido por una acumulación de grandes piedras de arenisca plegadas ordenadamente. Albergaba una pequeña cámara rectangular de 5 lajas finas de arenisca, con el eje mayor orientado al NO-SE. La estructura se presenta abierta como efecto de la excavación arqueológica.

    Necrópolis megalítica de La Boheriza

    Formada por 2 estructuras (dolmen y túmulo), se localiza en una pequeña meseta hacia el sur del monte Bernalta. El dolmen de la Boheriza 2 consta de un túmulo conformado por un núcleo terroso, delimitado por piedras de arenisca periféricas, de buen tamaño. Alberga una cámara rectangular de lajas de arenisca con la tapa original de cubierta, orientada al NO-SE. En la actualidad se ha recompuesto la estructura a su estado antes de la excavación por lo que solo es perceptible el túmulo que la cubre.

    Necrópolis megalítica de Bernalta

    Compuesta por 2 estructuras también, se emplaza en una suave loma hacia el SO desde el monte Bernalta. El dolmen de Bernalta 1 es el único de los excavados que no tiene una estructura definida en el túmulo. La cámara, de forma ovalada, compuesta por losas de arenisca, y con el eje mayor orientado E-O, es perceptible en la actualidad, encontrándose la estructura recompuesta a su estado previo a la excavación arqueológica.

    ruta megalítica de Haizko
    Vista de la Iglesia de San Bartolomé en Aldeacueva, con los montes de Ordunte de fondo.

    Cómo llegar a Aldeacueva.

    La ruta como hemos señalado comienza en el barrio de Aldeacueva. Para llegar aquí desde nuestra Casa rural lo primero es dirigirnos al cercano barrio de Concha, y desde aquí cruzar el puente frente a la Casa de Cultura y tomar la carretera BI-4672 hacia Aldeacueva, donde estacionaremos junto a la iglesia.

    También te puede interesar:

    Si la ruta megalítica de Haizko os ha gustado, os invitamos a compartirla y dar vuestra opinión. Eskerrik asko! ¡Gracias por tu ayuda!

  • Casas de Indianos en Carranza: el recuerdo de dos mundos.

    Casas de Indianos en Carranza: el recuerdo de dos mundos.

    En tu visita al Valle habrá numerosas casas que llamarán tu atención al pasar. Son una muestra del recuerdo indiano, las denominadas casas de indianos en Carranza.

    Recuerdo indiano.

    Desde que fuera descubierto el nuevo mundo, numerosos encartados emigraron en busca de una nueva forma de vida. Algunos retornaron con una importante fortuna tras su aventura americana (Cuba o México sobre todo) dejando una importante huella en el paisaje del valle. No tardarían en construir grandiosas mansiones, a cual más suntuosa.

    Arquitectura indiana. 

    Las casas de indianos en Carranza son una clara representación de la arquitectura residencial de la época, caracterizada por una gran variedad de estilos e influencias, desde el art nouveau al regionalismo. Los ejemplos más relevantes, incluso pintorescos, datan desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Muchas de ellas fueron «casas de retirada» al ser utilizadas en los últimos años de sus vidas, y otras tuvieron un carácter estrictamente vacacional. Algunas se encuentran muy bien conservadas.

    Ruta indiana.

    En Gailurretan os hemos organizado una ruta para que podáis descubrir la mejor muestra de casas indianas en Carranza. El recorrido empieza en nuestra casa rural, en el barrio de Lanzas Agudas y acaba en Karpin Abertura, pasando por La Tejera, Concha, La Revilla, Ambasaguas y Biañez.

    Todas son de fácil visión no teniendo que desviaros de la ruta propuesta. Recordar que la mayoría de ellas son propiedad particular y están dentro de fincas privadas. Por tanto, no se puede entrar a visitarlas, pudiendo sólo admirarlas desde la vía de acceso a través de las verjas que cierran la fincas, a excepción del Palacio Chavarri ubicado dentro del propio parque Karpin.

    Principales residencias de indianos en Carranza.

    A continuación os detallamos doce casas de indianos en Carranza, representativas de nuestro valle, ubicadas todas ellas en la ruta descrita siguiendo el orden de aparición:

    1. “CHALET PORTILLO” (LA  TEJERA)

    La primera de las casas de indianos en Carranza que nos encontramos llamará nuestra atención. Se sitúa en La Tejera y fue promovida por Luis Portillo Rodrigo.

    Luis Portillo, nacido en el carranzano barrio de Bernales, emigró muy joven a Cuba con el patrocinio de la fundación Sainz Indo. En América, regentó un negocio de tostadero de café con el que hizo fortuna. Regresó a su tierra natal a comienzos del siglo XX, donde compró una casa de labranza de dos plantas en 1901 con intención de reformarla para destinarla a casa de veraneo, pues tenía fijada su residencia en Bilbao.

    Intervención modernista.

    Encargó la transformación de este caserío en un conjunto señorial a Jean Batiste Darroquy, arquitecto vasco-francés, que en esa época trabajaba en el vecino “chalet Hernáiz”. Darroquy tuvo un papel decisivo en la introducción del modernismo en la arquitectura del País Vasco, a través de obras como el Teatro Campos y la Casa Montero de Bilbao, ambas realizadas en 1902.

    Darroquy respetó el edificio existente salvo las fachadas oeste y este en las que añadió dos cuerpos nuevos. Las fachadas oeste y norte se adscriben al estilo ecléctico clasicista, las otras dos, norte y este, al neovasco francés. Destaca por los amplios vuelos que presenta la cubierta para protegerse de las inclemencias atmosféricas; la puerta principal de la verja modernista sobre basamento pétreo que rodea la finca; y sobre todo el efectista recurso decorativo de la carpintería pintada de rojo.

    Impresiona el aire señorial de esta casa, decorada con detalles de la arquitectura popular y soluciones nobles. Al igual que ocurre con la Casa de los Hermanos Hernaiz, que luego veremos, la fisonomía de esta vivienda recuerda a muchas construcciones de la época erigidas en el país vecino.

    Casas de indianos en Carranza
    Casa de Luis Portillo Rodrigo “Chalet Portillo”, en La Tejera (Carranza). Vista de conjunto.

    2. CASA DE RAMÓN ALTUNA (CONCHA)

    Seguidamente un poco más adelante, en lo que en la actualidad constituye la Casa de Cultura de Karrantza se levantó esta residencia por encargo de Ramón Altuna.

    Los hermanos José, Ramón y Pedro Altuna Sagastibelza emigraron a México donde se dedicaron a los negocios harineros y, tras conseguir una posición holgada, también actuaron como prestamistas. Los Altuna regresaron solteros a Carranza a finales del siglo XIX. En esa época falleció Pedro y los otros dos hermanos procedieron a construir una casa como residencia, ubicándola junto a la casa consistorial carranzana en el barrio de Concha. José Altuna tras su boda con Victoria San Martín Arteche le compró a su hermano su parte de la casa.

    Esta circunstancia llevó a Ramón Altuna, casado con Lorenza Villota González, a construir esta casa para él y su familia en la zona del Pontón, en el mismo barrio de Concha. Ambas residencias son casas de retirada, puesto que sus propietarios no volvieron a México.

    El proyecto de la casa se hizo 1897 y fue firmado por el maestro de obras Pedro Salviejo Cavada. Al parecer el encargo de ambas casas recayó en el arquitecto Alfredo Acebal y Gordón quien dirigió la construcción de los edificios en 1905.

    En la residencia Altuna-Villota destacan detalles como la molduración de los cercos de los vanos, los esquinales marcados y la galería acristalada del primer piso. La carpintería exterior está pintada en color rojo contrastando con el tono blanquecino del edificio.

    De lo privado a lo público.

    En el año 2004 el Ayuntamiento de Karrantza les compró a los herederos de la familia el edificio y su solar para rehabilitarlo como Casa de Cultura. En la finca se construyeron unos bloques de pisos y se destruyó el muro de piedra con la verja de hierro forjado que cerraba la finca, así como un hermoso pozo de agua que había en la parte trasera de la casa.

    Residencia de Ramón Altuna Sagastibelza, en Concha (Carranza). Fachada principal.

    3. CASA DE JOSÉ IRASTORZA (CONCHA)

    Tras rebasar el colegio público de Karrantza podemos apreciar la casa de José Irastorza, sobrino de los hermanos Altuna Sagastibelza y ahijado de uno de ellos, José Altuna.

    José Irastorza Altuna, dado el éxito de sus tíos, siguió sus pasos y también emigró a México donde se dedicó a la ganadería y llegó a ser propietario de varios ranchos.

    La casa fue promovida inicialmente por José Altuna Sagastibelza, pero antes de su finalización, en 1902 se la donó a su ahijado. La casa se atribuye al carranzano maestro de obras Emilio Otegui que estaba casado con una Irastorza.

    El edificio, de planta rectangular y cuatro vertientes, destaca por las amplias balconadas corridas de estructura de madera en la fachada principal y el cuerpo de galerías que se apoya sobre columnas de hierro de fundición de la fachada sur.

    Casa de José Irastorza Altuna, en Concha (Carranza). Cerca y fachada principal

    4. CASA DE JOSÉ ALTUNA (CONCHA)

    Detrás del ayuntamiento de Karrantza en el barrio de Concha con acceso directo desde la carretera que conduce desde Concha a Ambasaguas, se ubica la casa de José Altuna Sagastibelza, a la cual hemos aludido anteriormente y que junto a la de su hermano Ramón, son las dos casas de indianos carranzanas más antiguas.

    Los hermanos José y Ramón Altuna, tras regresar de México, construyeron esta casona como residencia habitual, que posteriormente se quedaría el primero de los hermanos al contraer nupcias con Victoria San Martín Arteche.

    Por lo que se refiere a la casa de José Altuna, tenemos que decir que fue proyectada en 1.888 por el maestro de obras Francisco Echebarria Trápaga, siendo poco después modificada por Pedro Salviejo Cavada.

    El resultado es un edificio sobrio, de forma cúbica y de estilo similar al de muchas casas levantadas en esa época en la cornisa cantábrica. De nuevo, las únicas notas destacadas son las galerías de las fachadas laterales y el mirador en la fachada principal. En este caso, la carpintería exterior está pintada en color verde.

    Asimismo, muchos indianos fueron benefactores de los lugares que les vieron nacer y en este caso José Altuna lo fue del Hospital Asilo de los Desamparados de Carranza.

    Casa de José Altuna Sagastibelza, en Concha (Carranza). Vista de conjunto.

    5. “CHALET HERNÁIZ” (CONCHA)

    Precisamente, enfrente de la finca de la Familia Altuna-Arteche hay otro conjunto de relevancia, nos referimos a la casa de los Hermanos Hernaiz.

    Los hermanos Francisco y Lorenzo Hernaiz Lezcano emigraron a Puerto Rico, donde hicieron fortuna gracias a la compañía textil Hernáiz, Targa y Compañía de la que eran copropietarios junto con la familia catalana de los Targa. A su regreso se instalan en Carranza en 1904 dejando sus negocios en manos de un administrador.

    Inicialmente, erigieron en este mismo solar una casa que años más tarde derribaron para construir esta residencia, que en la actualidad alberga tres viviendas independientes.

    Diseño espectacular.

    El proyecto del chalet fue encargado al citado arquitecto vasco-francés Jean Batiste Darroquy. Presenta un diseño espectacular donde combina varios estilos como el neonormando, el modernismo y el eclecticismo. Tiene una fisonomía muy efectista, en el que destaca la ondulación de la cubierta, la amplitud de unos vanos de formas diferentes, un gran número de galerías acristaladas, miradores y terrazas cubiertas, el ala lateral torreado y la ornamentación mediante falsa carpintería exterior pintada de rojo. 

    Así pues, reconoceremos sin lugar a dudas este conjunto por su llamativa estructura irregular y el color rojo de la madera. El edificio presenta notorios paralelismos con muchos proyectos publicados en revistas francesas y alemanas a finales del siglo XIX.

    El resultado final de este conjunto, quizás debido a la intervención del arquitecto francés Jean Darroguy, es indudablemente junto con la cercana casa de los Portillo, los ejemplos más llamativos de la arquitectura residencial carranzana y, en cierto modo, de la encartada.

    Casas de indianos en Karrantza
    Casa de los Hermanos Hernaiz “Chalet Hernáiz”, en Concha (Carranza). Fachada principal.

    6. CASA DE MANUEL PORTILLO (LA REVILLA)

    Un poco más adelante, ya en el barrio de La Revilla hallamos la casa de Manuel Portillo.

    Manuel Portillo Rodrigo tras regresar de Cuba en 1907, adquirió una casa en el mismo solar donde se asienta actualmente. Aquel primitivo inmueble sufrió un incendio, por lo que el indiano procedió a construir esta residencia, en la década de 1910.

    Los detalles más destacables son las balconadas de madera corridas de color verde que presiden la fachada lateral derecha y los miradores superpuestos, apoyados sobre columnas de hierro de fundición, que marcan el eje del frente noble.

    Casa de Manuel Portillo Rodrigo, en La Revilla (Carranza). Vista de conjunto.

    7. CASA DE CÁNDIDO HERNAIZ (LA REVILLA)

    En la misma zona de La Revilla junto a la carretera que conduce desde Concha a Ambasaguas, otro indiano carranzano, Cándido Hernaiz y Rozas, adquirió esta finca con casona.

    La compra tuvo lugar en los primeros años 20 y la familia se trasladó a vivir al edificio que constaba de una zona de establo en la planta baja, un sector de vivienda en los pisos primero y segundo y un desván bajo cubiertas. Años más tarde, la Familia Hernaiz acometió una reforma del edificio que fue reinaugurado en 1936. En otras muchas modificaciones que se realizaron, se sustituyó la imponente galería de madera existente en la fachada lateral izquierda por un elegante balcón de hierro con barrotes torneados y un motivo central de roseta inspirado en los de muchas construcciones palaciegas del norte de España.

    La entrada principal está separada de la carretera por un pequeño jardín. Originariamente, había una pequeña portalada de ingreso al jardín. Durante la reforma fue simplificada notoriamente y se levantó un cenador con vistas a la carretera. La zona de terreno circundante a la casa está ocupada por un jardín formalista con caminos y setos, típico de esa etapa.

    En 1987, se llevó a cabo la última reforma. Los propietarios cambiaron el mencionado balcón de hierro, instalando un mirador acristalado.

    Casa de Cándido Hernaiz Rozas, en La Revilla (Carranza). Entrada al jardín y cenador.

    8. CASA DE BENITO PALIZA (AMBASAGUAS)

    Dirección Ambasaguas, a menos de un kilómetro nos encontramos con esta casa a mano izquierda, enfrente de la cooperativa Guvav. La finca está situada entre la carretera BI-4627 y el río Mayor, cercada por un muro en su frente principal, y con las iniciales PG en la verja de acceso, correspondientes con los apellidos de los promotores.

    Benito Paliza Torre, nació en el año 1898 en el barrio de El Bierre perteneciente al concejo de Bernales. A los 15 años se trasladó a Cuba con la ayuda concedida por la Fundación Sainz Indo que consistía en una maleta con ropa y calzado y un pasaje al lugar de destino en donde se le entregaba la cantidad de 500 reales para las primeras necesidades.

    En la década de los treinta liquidó las propiedades que tenía en la Habana y se instaló en la República Dominicana, donde hizo fortuna con una importante fábrica de café y negocios de construcción inmobiliaria.

    Allí contrajo matrimonio con la bilbaína Asunción García Calle. A comienzos de los años 50 construyó esta residencia en la que pasó largas temporadas, al igual que en la casa que tenía en Madrid.

    El proyecto de este edificio fue diseñado por un arquitecto madrileño. Data de 1951, por tanto es una de las construcciones más tardías erigidas por el colectivo indiano. Corresponde a una época en la que el flujo migratorio empezaba a disminuir.

    El jardín incluía especies como palmeras, robles y sauces. En el edificio destacan las distintas terrazas en sus fachadas.

    Residencia de Benito Paliza Torre, en Ambasaguas (Carranza). Vista de conjunto.

    9. “VILLA PEPITA” (AMBASAGUAS)

    La siguiente casa está entre la vía del Ferrocarril Bilbao-Santander y la Carretera general Bilbao-Santander, enfrente de la única gasolinera que hay en el valle, en unos terrenos pertenecientes a la Familia Olazábal.

    Al comienzo de los años 30, otros dos indianos carranzanos acometieron la construcción de sendas casas en el barrio de Ambasaguas. Se trata de los hermanos Alejandro y Victoriano Olazábal Arriola, naturales del concejo de Aldeacueva, quienes habían emigrado a México donde hicieron fortuna en la industria molinera, formando parte de una segunda generación de vascos que continuaron con el monopolio harinero en México, fundando nuevos molinos y modernizando los existentes.

    Esta casa, en concreto, fue promovida por Alejandro Olazabal, como lugar de descanso estival. El nombre de la casa como en muchas ocasiones, hace referencia al nombre de su esposa Josefa (Pepita) García.

    Estilo montañés.

    El proyecto es obra del arquitecto bilbaíno Calixto Emiliano Amann Amann y data de finales del 1931. El estilo se puede decir que es regionalista montañés. Estilo que gozó de gran éxito en la cornisa cantábrica. Es un bloque rectangular con cubierta a cuatro vertientes, que cuenta entre otros detalles con una esbelta y típica torrecilla angular adosada y un alero de gran vuelo. Hay que destacar también una pérgola de estructura de obra, adosada a la fachada orientada hacia la carretera.

    En esta casa, al igual que en la de su hermano que seguidamente veremos, el arquitecto estudió la presencia de un jardín decorativo en los frentes principales, aledaños a la carretera general. Las zonas zagueras estaban destinadas a huertas, gallineros, tendederos y un frontón. Este último subsiste en los terrenos de la casa de Victoriano Olazábal.

    Casa de Victoriano Olazábal «Villa Sarita”, en Ambasaguas (Carranza). Fachada principal.

    10. “VILLA SARITA” (AMBASAGUAS)

    Yendo hacia Zalla unos metros más adelante de la gasolinera, en el solar contiguo a Villa Pepita se encuentra esta residencia, en su momento vacacional.

    Esta casa fue promovida por Victoriano Olazábal Arriola hermano de Alejandro Olazabal. El nombre de la casa como en el caso anterior hace referencia al nombre de su esposa Sara Echeandía Sorróndegui.

    Fue proyectada también por el arquitecto Calixto Emiliano Amann Amann en enero de 1932. En la construcción se utilizan elementos usuales de la arquitectura regionalista vasca de finales del siglo XIX y principios del XX con toques más modernos debido a la fecha de su construcción. Destaca el triple arco del porche de la fachada principal, así como soluciones decorativas de tipo palaciego pese a su austeridad general.

    Casa de Alejandro Olazábal «Villa Pepita”, en Ambasaguas (Carranza). Vista de conjunto.

    11.    CASA “LA HUERTONA” (BIAÑEZ)

    Llegados al barrio de Biañez, enfrente de la Parroquia de San Andrés se sitúa lo que es conocido actualmente como Casa Nazaria Etxea y que en su día se denominaba finca La Huertona, adquirida por otro indiano carranzano natural de este barrio, Pedro Santisteban.

    Pedro Santisteban Chávarri nació en Biáñez en 1847, estaba emparentado con Romualdo Chávarri quien le llevó a Puerto Rico. Allí regentó un negocio textil que llevaba el nombre “Santisteban, Chávarri y Compañía”. Asimismo, fue diputado por aquella isla en tres ocasiones y se le concedió la cruz de Isabel la Católica. Estuvo casado con Eloísa Chavárri Larrea, natural de Alonsotegui. Su única hija Hipólita nació en San Juan de Puerto Rico llegando a ser una mujer de exquisita formación y buen gusto.

    Pedro Santisteban en 1885 adquirió un inmueble ya preexistente en Biañez. Posteriormente su hija Hipólita en torno a 1940, ayudada por el arquitecto Gonzalo Cárdenas acometió una drástica y muy laboriosa reforma de la pequeña casa de labranza para convertirla en una hermosa residencia.

    La casa estuvo en obras durante bastante tiempo y en sucesivas etapas se conformó la residencia, la capilla, la ermita, la portalada y el jardín. El resultado final de “La Huertona” tiene muchas similitudes con casas unifamiliares levantadas en las cercanías de Madrid en los primeros años de la Posguerra, de inspiración escurialense. Así, muchas residencias adoptaron las cubiertas de pizarra y estuvieron presididas por una austeridad decorativa. Por ello, esta casa reviste especial interés, puesto que su estilo y detalles no fueron demasiado usuales en la arquitectura residencial vizcaína.

    Un jardín de revista.

    Mención aparte merece el jardín que en su día fue recogido en un artículo publicado en la revista “Arte y Hogar”. Sin duda, el jardín de “La Huertona” es junto con el del conjunto de Urbano Peña Chávarri y el de Cándido Hernaiz lo más destacable de la jardinería carranzana de esta época.

    En 1967 Hipólita Santisteban, al no tener descendencia, donó la casa a las “Misioneras Cruzadas de la Iglesia”, pasando a denominarse “Nazaria Etxea”.  Aún hoy en día son de destacar el gran jardín y las esculturas que lo adornan, así como una curiosa pajarera.

    Casa de Hipólita Santisteban «La Huertona», en Biañez Carranza. Vista de conjunto y jardines.

    12. “PALACIO CHÁVARRI” (BIAÑEZ)

    La última residencia propuesta en nuestro recorrido la encontramos enclavada en Fuentelavirgen en el concejo de Biañez, dentro de lo que hoy en día constituye el parque Karpin Abentura. Esta residencia conocida por el significativo nombre de “El Palacio” se debe a Urbano Peña Chávarri. Se trata de otra de las grandes casas construidas en Carranza en la primera parte de este siglo.

    Urbano Peña Chávarri fue ingeniero de caminos y había cursado estudios en Inglaterra. Contrajo matrimonio con Polonia Chávarri López. Ambos eran sobrinos y herederos de otro reconocido indiano y a su vez gran benefactor del Valle de Karrantza, Romualdo Chávarri de la Herrera.

    En consecuencia, Urbano Peña construyó su residencia en Karrantza en concreto este Palacio del que él mismo realizó el proyecto y cuyas obras concluyeron en 1911, fecha que aparece en la fachada principal del edificio. Éste constaba de 32 habitaciones con 14 chimeneas distribuidas en 4 plantas. El exterior del palacio es muy sobrio con influencias británicas, destacando las galerías acristaladas de la fachada principal.

    La finca que rodeaba al palacio tenía 15 hectáreas. Incluía una pequeña gruta decorada con estalactitas, estalagmitas y una reproducción de la Virgen María, garaje, establo, invernadero, casa de guardeses, estanque de 1.120 metros cuadrados con embarcadero y una magnífica portalada de acceso de estilo montañés, adornada con varios escudos familiares.

    Un antes y un después.

    Por lo demás, la historia de este edificio quedó profundamente marcada durante la Guerra Civil. El palacio se transformó primero en lugar de acogida temporal para niños de la guerra y después en cuartel general de los republicanos y, por último, fue hospital. Tras estos avatares todo el conjunto sufrió un importante quebranto y gran parte del mobiliario y las obras de arte que había en la casa fueron expoliadas. De este modo, el palacio no volvió a ser lo que fue. A partir de los años cuarenta el palacio se constituyó en destino de veraneo de sus propietarios, que viajaban desde Madrid y utilizaban solo la planta baja. Mantenerlo les resultaba cada vez más costoso y finalmente en 1994 cerraron las ventas de la casa y la finca. Con todo esto, un año después se inauguró el parque Karpin Abentura, gestionado por la Mancomunidad de las Encartaciones.

    Casas de Indianos en Carranza
    Residencia de Urbano Peña Chávarri “El Palacio”, en Biañez (Carranza). Fachada principal.

    Visita guiada: las principales casas de indianos en Carranza.

    Finalmente, cabe reseñar que tenéis la posibilidad de descubrir algunas de estas casas de indianos en Carranza en un recorrido guiado lleno de sorpresas y secretos. En dicho itinerario os contarán la historia de esta gente adinerada, su forma de vida, el aspecto benefactor de este movimiento y el impacto que tuvo en nuestro entorno rural.

    Reconocimiento.

    Antes de concluir, quisiera hacer un pequeño reconocimiento a quienes nos han servido de inspiración a la hora de realizar este modesto artículo. De una parte, al estudioso local nacido en Soscaño en 1866, Nicolás Vicario de la Peña. Este jurista, economista y correspondiente de la Real Academia de la Historia recogió un listado de este tipo de construcciones, incluyendo fotografías de algunas de ellas, en su obra póstuma El Noble y Leal Valle de Carranza.

    De otra, a la catedrática e historiadora del arte contemporáneo Maite Paliza Monduate, de ascendencia vizcaína nacida en Santo Domingo. Quien entre sus muchas investigaciones se ha dedicado al estudio de los indianos y su arquitectura, y más concretamente en el Valle de Carranza.

  • Monumentos megalíticos en el País Vasco: Los primeros ganaderos de Karrantza.

    Monumentos megalíticos en el País Vasco: Los primeros ganaderos de Karrantza.

    El Valle de Karrantza conserva la mayor concentración de monumentos megalíticos de Bizkaia, entre los que hay dólmenes, menhires y túmulos diseminados desde el fondo del valle hasta la cima de sus montañas, con altitudes moderadas de unos 800 metros.

    UN LUGAR QUE DEJA HUELLA.

    Estas montañas cuentan con extraordinarias cavidades ocultas, además de encinares y hayedos, abundancia de aves rapaces y algunas especies domésticas autóctonas que proceden de la ganadería más antigua: el caballo y la vaca monchina, la oveja carranzana o el perro villano. Es una zona de gran incidencia pastoril y ganadera. Sus paisajes ganaderos nos retrotraen a los primeros pastores de las montañas cantábricas, allá en el Neolítico.

    LOS PRIMEROS GANADEROS.

    Las primeras comunidades eran en origen cazadoras-recolectoras, pero luego fueron conociendo este territorio y adaptándose a él, aprendiendo a sobrevivir desarrollando de manera complementaria la agricultura y la ganadería. Así, comenzaron a construir poblados y a levantar dólmenes y túmulos para enterrar a sus muertos acompañados de un sencillo ajuar, en los más altos cordales.

    Si os acercáis hasta estos parajes naturales, divisareis un paisaje en el que lo humano y lo natural se entremezclan en una armónica simbiosis. Y podréis observar también los enterramientos megalíticos de esos primeros ganaderos, ubicados en lugares dominantes en las alturas.

    Megalitos Bizkaia

    PRIMERAS CONSTRUCCIONES ARQUITECTÓNICAS.

    Estos monumentos megalíticos, destinados a albergar a los difuntos de las comunidades que poblaban estas tierras, fueron levantadas durante el Neolítico avanzado y el Eneolítico. Esto es, durante el final de la Edad de la Piedra y la Edad del Cobre, en la segunda mitad del IV milenio y en el III milenio a. de C., aunque fueron utilizadas al menos hasta la primera mitad del II milenio a. de C.

    Los dólmenes son además, las primeras construcciones arquitectónicas que se conservan en este territorio. A la conservación de estos mausoleos pétreos ha contribuido, por un lado, las idóneas condiciones que ofrecía la zona para los pobladores del Neolítico, al ser un lugar que se encontraba cerca del mar en línea recta y a la vez estar a bastante altura, y de otra parte, el óptimo estado del suelo, mantenido gracias a la agricultura y la ganadería en la zona. 

    PECULIARIDADES LOCALES.

    Los monumentos megalíticos de Las Encartaciones revelan ciertas peculiaridades locales. Son más modestos, ya que carecen de los largos pasadizos subterráneos que tienen los de otros lugares. Los de esta zona son, sobre todo, dólmenes de monte, que por las condiciones climáticas no son tan complejos. Constan de dos espacios relevantes, la cámara central y el túmulo que la rodea y cubre. Estas estructuras funerarias se inscriben en un área de uso directo, en el que a menudo hay restos rituales o de hogares asociados, o bien otras construcciones funerarias (túmulo, dolmen o menhir).

    CONJUNTO MONUMENTAL.

    Conforme al Decreto 25/2009 el Gobierno Vasco aprobó la protección de los conjuntos megalíticos del Territorio Histórico de Bizkaia al declararlos bien calificados con la categoría de monumentos.  En dicha norma publicada en el BOPV de fecha 06/03/2009, se realiza la descripción pormenorizada de cada elemento y del conjunto de la estación; además de concretar el área de protección del mismo y los usos permitidos en él. 17 son las estaciones megalíticas declaradas Conjunto Monumental, de las cuales cuatro se ubican en el Valle de Carranza. Son la de Aizko, Armañón, Balgerri y La Escrita.

     

     ESTACIONES MEGALÍTICAS DEL VALLE DE CARRANZA:

    ESTACION MEGALITICA DE AIZKO (26 Monumentos)

    Es una de las mayores estaciones de Bizkaia. Se encuentra en la divisoria entre el Valle de Carranza y Mena (Burgos). Las alturas más importantes de la estación son Bernia (828 m) y Aizko (815 m) que da nombre a la estación, si bien la sierra donde se enclava, Sierra Mesada, llega hasta los 1142 m.

    Algunos de sus monumentos han sido objeto de excavación arqueológica siendo responsables de parte de los datos más representativos del conocimiento del periodo histórico en el que se enclavan.

    • DÓLMENES: Alcuera, Bernalta I, Bernia I y IV, Cotobasero I, II, El Fuerte, El Fuerte 2 (El Mazo), Fuentellano II, La Boheriza 2, La Cabaña I, II, III y IV, La Calera y Ubal.
    • TÚMULOS: Bernalta II, Bernia II y III, La Boheriza 1, El Muro, Fuentellano I (Llano de la Cerroja 1), Llano de la Cerroja 2, La Cabaña V y VI.
    • MENHIR: de Cotobasero.
    Dolmen Fuentellano II
    Dolmen de Fuentellano II
    ESTACION MEGALITICA DE ARMAÑÓN (14 Monumentos)

    Se desarrolla en el límite  norte del Valle de Carranza, con el monte que da nombre a la estación como altura más importante (859 m).

    • DÓLMENES: de Armañón I, Campo Diego, La Galupa I, II, IV y V, La Lama y Suceso.
    • TÚMULOS: de Carcelares, La Galupa III, Picosal II y Surbías.
    • ESTRUCTURAS de Biroleo I y II
    ESTACION MEGALITICA DE BALGERRI (8 Monumentos)

    Enclavada en Ordunte en el límite con el valle de Mena (Burgos) y separando los valles del Cadagua y del Asón (Cantabria). Las alturas de esta estación son considerables, destacando los 1344 m. del monte Zalama o los 1205 m. de La Maza.

    • DÓLMENES: de Burgueno II y Mazapando II (Poza de Zabala 2).
    • TÚMULOS: de Burgueno I y III, Mazapando I (Poza de Zabala 1), B2 ó Garbea, Unzilla y Balgerri.
    ESTACION MEGALITICA DE LA ESCRITA (9 Monumentos)

    Es una continuación de la Estación de Armiñon, situándose vertical a ésta, en el cierre este del Valle de Carranza, concretamente en la frontera con Villaverde de Trucíos, partiendo del puerto de La Escrita. Sus alturas principales se encuentran en Chozas de los Ilsos (742 m) y Hormatza (554 m).

    • DÓLMENES: de Chozas los Ilsos 1(Campas de Ribacoba II), Chozas de los Ilsos 2 (Campas de Ribacoba I), Hormatza y E4 ó Los Ilsos II.
    • TÚMULOS: de E1 (Salduria), E2 (Los Ilsos I), E5 (Los Ilsos III), E6 (Los Ilsos IV) y E7 (Los Ilsos V).

    Todas ellas son susceptibles de ser visitadas pero la más interesante puede ser la de AIZKO.

  • Ruta de las iglesias por el Valle de Karrantza.

    Ruta de las iglesias por el Valle de Karrantza.

    Conoce la Ruta de las iglesias. 15 Iglesias representativas de la arquitectura religiosa en el Valle de Karrantza.

    Descubre el valle de una manera diferente, a través de sus iglesias más significativas. El Valle de Karrantza cuenta con un patrimonio artístico-religioso espectacular. Sirva un dato como muestra: 19 son las iglesias, de diversos estilos constructivos, que junto a numerosas ermitas, se diseminan por sus diferentes barrios.

    La ruta eclesiástica que te proponemos, es para realizarla en coche debido a la distancia entre las iglesias. Dentro de esta ruta se encuentran las tres más simbólicas de Karrantza. El templo de San Bartolomé en Aldeacueva por su legado indiano; San Miguel de Ahedo por su talla templaria y la antigua parroquia de San Andrés de Biáñez por su retablo secreto con pinturas renacentistas.

    En un principio ninguna de estas iglesias (excepto la Antigua de San Andrés) se puede visitar. Únicamente se abren para los oficios de los domingos y no en todas se hacen. A día de hoy algunas sólo las podemos visitar en bodas, bautizos y funerales.

    Las iglesias más significativas del valle, cada una con sus particularidades (retablos, tallas, esculturas, campanas, etc.), por orden de cercanía a Gailurretan, son:

    Iglesia de Santiago (Barrio de Lanzasagudas).

    Esta pequeña y modesta parroquia se ubica en las faldas de los Montes de Ordunte. Dedicada al apóstol Santiago, fue fundada por sus feligreses, al desmembrarla de su matriz, San Miguel de Ahedo.

    Iglesia de San Bartolomé (Bº de Aldeacueva).

    Templo monumental levantado entre los años 1789 y 1794 a costa del capitán Pedro Negrete Sierra oriundo del barrio y vecino de la ciudad de México. Este indiano quiso que el modelo fuera la catedral de San Miguel de México. No escatima en medios. El templo mezcla los estilos barroco y neoclásico, siendo catalogada como una de las iglesias más interesantes del siglo XVIII de Bizkaia. Se caracteriza por poseer su fachada una torre a cada lado y por tener una planta en forma de cruz griega, dentro de un rectángulo.

    Iglesia de San Pedro (Bº de Sierra).

    De estilo renacentista, data del siglo XVI. A partir de mediados del siglo XX se lleva a cabo una importante restauración. Alberga en su interior un interesante retablo de transición al barroco del siglo XVII. 

    Iglesia de San Esteban (Bº de San Esteban).

    Este edificio originalmente de estilo gótico, siglo XV, es reconstruido en el siglo XVIII. Su retablo, del siglo XVII consta de siete tablas castellanas enmarcadas en la arquitectura clásica, poco usual en las iglesias vizcaínas. Durante los trabajos de restauración realizados en su interior en el año 1995, apareció una estela discoidal, fechada en torno al siglo X. A esta época pertenece también la necrópolis de sepulturas localizada en el exterior de la iglesia.

    Iglesia de San Martín (Bº de Presa).

    Templo de estilo renacentista, construido en el siglo XVII sobre las ruinas del antiguo templo. En siglos posteriores se restauró y amplió, Posee un retablo barroco, documentado ya en 1729, donde resalta la talla en madera policromada de San Martín, una de las más primitivas del arte medieval de Bizkaia.  

    Iglesia de San Julián y Santa Basilia (Bº de Sangrices).

    Edificada en el año 1642, de estilo renacentista, es obra del maestro de cantería carranzano Bartolomé de la Dehesa. La cubierta ha sufrido importantes reformas en etapas posteriores. Posee en su interior un retablo barroco de gran calidad, de finales del siglo XVII.

    Ruta de las iglesias

    Iglesia de San Cipriano (Bº de San Ciprian).

    Vetusto templo, con la estructura constructiva típica de las antiguas iglesias del valle. Se encuentra distribuido en dos volúmenes, correspondiendo el más bajo a la nave y el más elevado al ábside de la iglesia. Destaca la decoración románica de una de sus ventanas, representando la escena de un calvario.

    Iglesia de Nuestra Señora (Bº de Soscaño).

    De estilo neogótico, fue edificada en el año 1910 sobre el solar de la antigua iglesia. En su interior alberga una talla policromada de la Virgen de los Milagros del siglo XVII, la antigua patrona de Karrantza. Cabe señalar que hasta mediados del siglo XVIII se custodiaba en la antigua iglesia el archivo del Valle y frente a ella, bajo un encino, se celebraban las Juntas de gobierno de la antigua república de Karrantza.

    Iglesia de San Cipriano (Bº de Ranero).

    Este templo fue construido en el siglo XVII en estilo renacentista, fue reformada con posteridad. En el interior del templo se puede observar el lienzo del muro de lo que pudiera ser la cabecera de la primigenia iglesia, datada del siglo XI y los restos de un encachado medieval que rodeaba el templo antiguo, puestos al descubierto con ocasión de unos trabajos de restauración. 

    Iglesia de Santa Cecilia (Bº de Santecilla).

    Data del siglo XVIII y es de estilo barroco clasicista. Destacan el retablo mayor de estilo barroco, de los conocidos como “retablo cascarón” y las pinturas de la época que decoran la bóveda de crucería gótica. En su interior alberga la imagen de Santa Cecilia y una reja de hierro de las más interesantes de Bizkaia, cerrando la capilla de San Juan Bautista. 

    Ruta de las iglesias

    Antigua Iglesia de San Andrés (Bº de Biañez).

    La antigua iglesia, ubicada al lado del cementerio, fue construida en 1497 y cerrada al culto en 1884, cuando se construyó la nueva. Está ocupada por el panteón de Romualdo Chávarri y de la Herrera (1819-1899). Un indiano natural de Biáñez, gran benefactor del valle, que quiso ser enterrado en la iglesia de su pueblo, comprando para ello la iglesia vieja.

    Lo curioso de este edificio eclesiástico es, que durante las obras de restauración en 1990, al desmontar el retablo de madera del siglo XVIII, descubrieron tras él, un retablo pintado de estilo tardogótico y renacentista, de mediados del siglo XVI que ocupaba toda la superficie del testero. El mayor de la cornisa cantábrica.

    De esta manera, viendo su importancia, se procedió a la restauración de los frescos, que ilustran La Pasión de Cristo, El Martirio de San Andrés y La Última Cena. Dicho retablo sólo se puede contemplar mediante una visita guiada.

    Iglesia de San Andrés (Bº de Biañez).

    El barrio de Biáñez es el único del valle con dos iglesias. Ambas en tributo a San Andrés. La mayor y nueva, del siglo XIX, se ubica en el centro del pueblo. Fue inaugurada en el año 1885. Su construcción se llevó a cabo bajo mecenazgo de Romualdo Chavarri. El templo muestra las corrientes neomedievalistas que imperaban en la arquitectura religiosa de la época.

    Ruta de la iglesias

    Santuario de la Virgen del Buen Suceso (Bº El Suceso).

    Levantado sobre 1670, alberga en su interior un retablo barroco del primer tercio del siglo. En su cuerpo central se sitúa el camarín que aloja una talla de madera policromada de la Virgen del Buen Suceso del siglo XVII, declarada patrona canónica del Valle de Karrantza en el año 1926. 

    Iglesia de San Miguel (Bº de Ahedo).

    El templo data del año 1628 y se edificó sobre otro anterior del siglo XV gracias al legado de Don Diego de Ahedo, hijo del lugar y arzobispo de Palermo. Entremezcla los estilos gótico, renacentista y barroco en su construcción. El retablo mayor de la iglesia es de 1640, de estilo gótico. Es considerado de notable interés entre los retablos de la época.

    Esta iglesia tiene un valor añadido. Radica en un prisma triangular de piedra caliza con bajorrelieves que perteneció a un antiguo templo románico del siglo XII y que se descubrió en la restauración de 2001. La talla datada en el siglo XIII estaba incrustada en la fachada. Durante cientos de años solo mostró una cara. La del arcángel Miguel liderando las huestes celestiales. En las otras dos hay tallados un guerrero con la espada al cinto y dos caballeros, respectivamente. Las tres figuras visten una túnica que les cubre la armadura y una de ellas tiene además un capuchón de fraile sobre la cabeza. Esta pieza confirmaría la leyenda que la Orden del Temple estuvo asentada en el valle de Karrantza.

    Iglesia de San Juan Bautista (Bº de Pando).

    Esta iglesia, edificada en el último tercio del siglo XVII, de estilo renacentista, muestra como peculiaridad constructiva el sistema de bóvedas de crucería sobre columnas toscanas adosadas. En su imaginería destaca una talla de madera de Cristo crucificado que data del siglo XVII.

    Las otras iglesias que nos podemos encontrar en el Valle son las de San Pantaleón en el Bº de Bernales, de San Antonio en el Bº de la Calera, de San Ignacio en el Bº de Ambasaguas, y de San Cosme y San Damián en el Bº de Matienzo.

    Por último, conviene señalar que alguna de las iglesias más importantes del Valle se pueden visitar de manera guiada. Infórmate en los siguientes enlaces:

    Si la información proporcionada en este artículo te ha parecido útil, valóralo pinchando en las estrellas. Y si tienes alguna sugerencia no dudes en compartirla a través de los comentarios. Eskerrik asko! ¡Gracias por tu ayuda!